Lanestosa es un hermoso pueblo medieval con 1,31 km² de extensión: es una de las primeras villas vizcaínas fundadas en 1287. Se encuentra en un estrecho valle entre las cumbres de La Mortera y Peña del Moro, a orillas del río Calera.
Es el extremo más occidental de Euskadi y limita con Karrantza en Bizkaia y con Soba en Cantabria. Lanestosa es una de las once villas del Señorío de Bizkaia (la segunda, después de Balmaseda) y el municipio de menor extensión.
Lanestosa fue fundada en el siglo XIII, junto al antiguo Camino Real, como un paso natural desde la meseta castellana hacia el Cantábrico.
La villa ha sido un enclave estratégico entre Cantabria y la Meseta y un lugar mágico para visitar, que ha mantenido intacto su casco histórico a través del tiempo.
El pueblo tiene un entramado urbano de calles estrechas y rectas con suelo empedrado que sigue la estética medieval y conserva puentes medievales e importantes ejemplos de arquitectura de esta época, junto con palacios y casas de los siglos XVII y XVIII con grandes balconadas llenas de flores.
Entre los que destaca el Palacio Colina, el único callejón que conserva el empedrado original, el puente viejo, las escuelas y lavaderos, y las mansiones de indianos.
Lanestosa siempre ha sido consciente de su importancia como pueblo caminero, una puerta hacia Castilla desde el Cantábrico, por lo que su puente viejo une Laredo con Burgos.
Esta antigua villa se destaca por su impresionante conservación, y cuenta con varios lugares históricos notables, como el Puente Viejo, que conectaba Laredo y Burgos, y el Horno Calero restaurado, donde se solía producir cal a partir de la piedra caliza.
Hay numerosas posibilidades para explorar a pie y deleitarse con paisajes impresionantes: se puede escalar el Monte Zalama, caminar por el bosque de hayas de Balgerri, o visitar la ventana de Relux, entre otras opciones.
Se celebra la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves el 5 de agosto y la fiesta de San Roque el 16 de agosto.